En México hay escasez de formadores artísticos. Entrevista a Natalia Morelos (Parte 3).
Por Emiliano Francisco Leal Sorriente.
En esta tercera entrega de la entrevista a Natalia Morelos, Coordinadora Académica del Movimiento Nacional de Agrupaciones Comunitarias del Sistema Nacional de Fomento Musical, abordamos el tema de los maestros y cómo debería ser la enseñanza musical para un proyecto que se propone también el desarrollo comunitario y la formación socio emocional.
En la primera parte de la entrevista a Natalia, hablábamos sobre el Movimiento Nacional de Agrupaciones Comunitarias del Sistema Nacional de Fomento Musical. En la segunda, abordamos el modelo educativo que utilizan enfocado en la enseñanza de valores y la creación de comunidad a través de la música.
Pero para un proyecto de este tipo y con los objetivos que se plantea, además de desarrollar todo un nuevo modelo que considere nuevas estrategias educativas, didácticas y metodológicas, la capacitación de los maestros es fundamental
Debido a ello, Natalia cuenta que se generó “el Programa de Capacitación Continua que tenía diferentes aspectos a cubrir. El primero era la especialización documental, el segundo consistía en generar herramientas didácticas, el tercero buscaba vincular la música con el trabajo social comunitario (…) y el cuarto tenía que ver con la música en sí como herramienta de transformación, a partir de la dirección, el gesto, la comunicación”.
Este programa de capacitación, es muy importante para el funcionamiento del proyecto ya que abarca toda la estructura del Sistema Nacional de Fomento Musical y está pensado como una pirámide donde la base es el “Movimiento Nacional de Agrupaciones Musicales Comunitarias y hasta la cúspide, la Orquesta Escuela Carlos Chávez. Toda esta estructura vincula todos los peldaños de la pirámide. Después de las Agrupaciones Musicales Comunitarias hay programas como la detección de talentos, el Programa Formando Formadores y otro programa de orquestas de selección”.
A estos programas de capacitación, se suma el programa piloto “Hospital de Instrumentos”, un programa socio formativo “que busca la capacitación de los integrantes de las agrupaciones a partir de los 15 años que tienen habilidades manuales bien desarrolladas, a sus familias y todos los que quieran participar, como miembros de la comunidad indirecta, que serían vecinos, por ejemplo. Una vez seleccionados entran a este taller de laudería que es para reparación, mantenimiento y restauración básica de instrumentos de cuerda o de instrumentos de alientos”. Natalia agrega que este programa ha tenido buenos resultados y es una manera de integrar a las familias de los participantes de las agrupaciones, a través de sus propios talentos.
Docentes que buscan un cambio.
Pero ¿qué características deben tener los maestros que trabajan en este proyecto? Natalia comenta: “Ese es el punto, no débil, más bien frágil, delicado. Es un perfil de docente y director comunitario. Es un perfil muy demandante, muy complejo, que no hay en México, ni en muchas partes del mundo. Porque no somos formados así, no somos formados en clases colectivas de instrumento, no somos formados en valores, no tenemos ni la metodología, ni la didáctica”.
Encontrar docentes con ese perfil, no ha sido fácil, pues la formación de los maestros, no sólo de música, suele restringirse a la enseñanza de su disciplina y resulta difícil que se quieran involucrar en otras cosas.
Natalia lo explica así: “me llega un perfil, lo entrevisto y es muy bueno, toca increíble, enseña el instrumento muy bien, pero no le importa nada más, no quiere hacer planeación, no quiere juntarse con sus colegas para hacer reuniones de academia y planificar, no quiere participar, no quiere saber nada de las familias, o de hacer cuestiones de vinculación comunitaria, como meterte a un terreno baldío y hacer una limpieza, o hacer una recuperación del espacio público, participar en un huerto, una hortaliza común. Si no participa en eso, no me sirve para este proyecto. Porque sólo va estar en su cajita y no va a querer innovar, no va a querer implementar didácticas completamente distintas que las que con el creció y aprendió”.
Natalia reconoce entonces que “lo que nosotros buscamos, es perfiles que se acerquen al deseable, lo cual es muy complejo, sobre todo en aptitudes musicales, de preparación, humanas, sociales, y también en actitudes, es decir sus competencias actitudinales”.
Docentes involucrados y participativos.
En este sentido, es clara en señalar que “yo prefiero a un docente que tiene una a actitud de servicio, que tiene consciencia, que tiene vocación docente, de servicio, de aportar, de ayudar, de colaborar. Algo más en sí mismo que solo enseñar a tocar el violín, que quiere realmente lograr un cambio, ya con eso tengo un gran porcentaje ganado, todo lo demás lo puedo trabajar en capacitación”.
Los maestros que se requieren para en este proyecto, deben pasar por un meticuloso y largo proceso que va desde la publicación de la convocatoria, la preselección de currículums y una entrevista de la cual Natalia comenta “es bastante compleja, la mayoría de ellos sale de ahí bastante asustado o temblando, dudando si pasaron o no, muchos me han dicho eso, pero también muy divertidos”. Posteriormente, quienes pasan esa etapa deben realizar una audición y hacer una clase muestra.
Pero a pesar de esta selección de maestros, es necesario un trabajo cercano con los docentes, para que entiendan esta nueva forma de trabajo en la enseñanza musical, lo cual no ha sido fácil a pesar de la capacitación constante: “hemos tenido más éxitos que fracasos en cuanto a los docentes. No siempre se gana, pero tampoco se pierde todo el tiempo, hay que mantener un balance. Sabemos que rara vez nos llegan perfiles como con calzador, como de guante, que entran perfecto. Pero a la mayoría le apostamos a la capacitación, a irlos sensibilizando, dándoles herramientas. Muchos de ellos tienen muchas ganas, tiene la actitud y la aptitud, tienen todo, pero no saben cómo”.
Escasez de formadores musicales.
Para Natalia, en México tenemos “escasez de formadores” musicales y artísticos. Y pone el ejemplo de los programas de estudios escolares que piden que se aborden distintas áreas artísticas pero los maestros no han sido preparados para ello, lo cual considera, convierte a esos programas en una simulación, cuando la realidad es que “un maestro de música se limita a montar eventos del día de la madre, del 16 de septiembre, del día de no sé qué, el himno nacional, y vuelve a ser lo que ha sido siempre”.
Natalia indica que, si bien en los programas curriculares se toma en cuenta la educación artística, existe un paradigma bastante permeado en la educación musical y es que la educación musical debe restringirse a lo técnico, a lo estrictamente musical, sin embargo, nuevas corrientes señalan que el trabajo musical debería ser mucho más integral, como lo están manejando en el Sistema Nacional de Fomento Musical.
“No están formándose profesionales para eso, entonces como un planteamiento que habría que analizar y que habría que lograr, es una vinculación institucional entre los normalistas y las escuelas artísticas, las universidades que imparten arte, carreas de arte, para que hubiera una carrera vinculadora que pudiera formar artistas normalistas que puedan impartir esas un unidades de aprendizaje que están indicadas en los programas curriculares.” Señala Natalia.
El estigma de estudiar artes.
En muchas oportunidades, cuando algún joven quiere seguir con una carrera artística, algunos padres no suelen estar de acuerdo pues consideran que si se dedican al arte no obtendrán ingresos suficientes para sobrevivir. A partir de esta idea, se le consultó a Natalia qué le diría a esos padres y a esos jóvenes que quieren dedicar su vida al arte, y esto es lo que me contestó:
“Me pondría como ejemplo. Le diría: señor, sigo viva, tengo una casa, tengo un carro, tengo una familia, todos comemos tres veces al día, cuatro o cinco, porque hacemos colaciones, salimos de vacaciones, me la paso muy bien. Y sí, estudié música, una licenciatura en oboe, tengo dos maestrías relacionadas con música, en interpretación y música contemporánea la primera, y la segunda en psicopedagogía musical, y sigo viva, y estoy bastante regordeta, eso quiere decir que como bien, así que ese argumento lo eliminamos”. Señala, Natalia.
“Si su hijo se quiere dedicar, usted apóyelo lo suficiente, para que lo que el haga en eso sea mínimo del 80 o 90 por ciento, y entonces le va a retribuir al mismo nivel. Pero si lo tiene que hacer en contra de todo, va ir bajando ese porcentaje. Y eso es lo que le va a costa obtener”, puntualiza.
Y con respecto a los jóvenes, les envía el siguiente mensaje: “si tú le quieres entrar a la música, dedícate a ella pero dedícate bien, con toda tu concentración, con toda tu voluntad, con todas tus fuerzas, con todo. Te tienes que volcar a eso. Pero si te dedicas a la música y a la vez a irte de parranda y estar en otras cosas, probablemente vas a lograr que ese 20% que le dedicaste te va a retribuir un 15%, no el 20 % que le dedicaste. Siempre te retribuye un poquito menos, entonces tienes que seguir chambeando para que te retribuya cada vez más”.
También Natalia nos recuerda que “es una realidad que a los 18 años tú tienes la capacidad de decidir qué quieres, te apoyen tus papas o no. Como le digo a muchos de mis alumnos en la UNAM, tú tienes que aprender con tu maestro, sin tu maestro, o a pesar del maestro. Ese es un verdadero estudiante. Un verdadero alumno es el que logra eso. Igualmente, con las familias: con tu familia, sin tu familia, o a pesar de tu familia. Si tú quieres hacer algo, lo haces por ti. Por eso aquí generamos la conciencia del yo, el ser y su identidad para generar conciencia del yo. Yo soy por mí, y me definen los otros a partir de lo que generamos en conjunto”.
Afortunadamente, algo parece estar cambiando en las familias que han comenzado a ver a la música como una opción. “Cada vez más son las familias que apoyan a sus niños, inclusive los mandan lejos. Cuando salió el programa de becas y que tuvimos algunos becarios en el Conservatorio de Las Rosas de Morelia, había niños de Tijuana estudiando ahí. Es un esfuerzo muy fuerte tener a tu hijo de 13, 14 o 15 años estudiando en Michoacán cuando tu estas en Tijuana- Si eso me lo hubieran comentado hace seis años, te hubiera dicho que eso va a estar difícil, que los dejen salir. Hoy día es muy fácil, los papás firman con mucha alegría, quieren que sus hijos participen y vayan” señala Natalia.
Acercamiento a las agrupaciones.
Por último, Natalia invita a todas las personas a que se acerquen a las agrupaciones comunitarias que están en sus localidades.
“Que se acerque la gente a conocer las agrupaciones, por ejemplo, el Sistema Bajío tiene muchísimas agrupaciones, varias orquestas, coros, es un sistema grande que tiene más de mil niños (…) Hay agrupaciones por todo el país, será muy bonito que se acerquen. Ahora que habrá encuentros nacionales, si lo ven anunciado, que vayan, porque va a ser una experiencia muy buena para los asistentes. Y si hay gente cerca de las agrupaciones, que metan y sus niños, es una opción a los escases de ofertas artísticas que hay en el país, para mi es la opción”.
Toda la información, así como convocatorias y contactos del Sistema Nacional de Fomento Musical se pueden encontrar en su página de internet: http://snfm.cultura.gob.mx y también en su página de Facebook: https://www.facebook.com/FomentoMusical/